De todos mis viajes o workshops intento sacar una lección. Para mí, forman parte de las enseñanzas de la vida y este es uno de los principales motivos por los cuales invierto tanto en educación.
Este workshop que he dictado en Madrid ha sido muy intenso para mí, principalmente por los desafíos y barreras con los que allí me he deparado. Ha sido la primera vez en mi vida de profesor, en 4 años, que he encontrado tanta resistencia. Desde el primer minuto sentí por parte de un grupo de alumnos una energía contraria, un miedo increíble a cambiar, prejuicio y dificultad en oír opiniones diferentes.
Para mí fue muy difícil este duelo energético, pues esa energía podría haber sido mejor empleada en el contenido y la calidad del taller. Realmente no me encontraba allí para demostrarle nada a nadie, pero me pusieron a prueba durante los tres días de trabajo. Durante los dos primeros días no entendía el por qué de todo esto y sólo el último día lo asimilé y logré comprender el motivo por el que esos “algunos” alumnos actuaban de esa forma.
España está pasando hoy por un cambio que otros países como Brasil han enfrentado recientemente. Los nervios están a flor de piel, pues la fotografía de boda en la península ibérica está cambiando. Últimamente, ha estado de cabeza para abajo y muchos conceptos que hasta entonces estaban arraigados se han venido abajo. Ante el cambio, siempre existe un vector contrario de fuerzas de aquellos que no quieren aceptarlo, o que simplemente tienen miedo de lo que viene después. Esta gente intenta luchar con todas sus armas, normalmente a través de discusiones poco nobles e incluso con ataques personales contra otros o colegas. Normalmente, no tienen nada más que eso a su favor.
Los escépticos luchan hasta el último minuto, hasta el momento en que los clientes les muestran que el juego ha terminado, que él ha perdido.
Nuestros consumidores nos dan normalmente esta lección sin mucho alarde. Ellos no debaten, simplemente desaparecen y nos dejan abandonados con esas ideas y valores pasados. El mundo es dinámico y su proceso evolutivo está cada vez más acelerado. Mientras tanto, surge un grupo de fotógrafos aún con poca experiencia, fotógrafos de dos, tres años de profesión, que avanzan, conquistan nuevos terrenos, cambian los patrones del mercado, modernizan, atienden mejor a los clientes, y presentan productos de mejor calidad. Estos fotógrafos forman parte de la nueva generación que está abierta y con el ojo puesto en todo lo que sucede en el mundo. Un nueva generación con más clientes y con una fotografía en pleno desarrollo. Delante de todo eso, mi workshop en Madrid me ha enseñado mucho. He aprendido que lo que importa son los alumnos que están de corazón abierto. Para este grupo, lo que yo digo puede hacer alguna diferencia pues tienen sed y verdaderas ganas de cambiar. He aprendido que también me importa aquel grupo que me puso a prueba durante 3 días. De alguna manera puedo no haber dicho lo que esperaban de mí y la incomodidad que demostraron es fruto de un “derrumbe psicológico” que probablemente yo haya iniciado en sus cabezas lacradas. Algunas de esas mentes sin duda ya sabían que era necesario comenzar el proceso de cambio y lo que les dije puede haber servido como agente catalizador. Esta frase de Albert Einstein para mí lo dice todo:
“Una mente que se abre a nuevas ideas, jamás vuelve a su estado original” Albert Einstein
En ningún momento quise generar tales sentimientos pero sé que son parte del proceso. Lo que me gustaría poder mostrarle a este grupo es cómo el mundo es más colorido del otro lado del muro. Si pudiéramos ver un video de nuestra vida después de los cambios no hesitaríamos en cambiar tanto y tan rápido. Lamentablemente, la máquina del tiempo del cambio aún no se ha inventado. Sería espectacular, no?
Gracias entonces España, por otra lección de vida más. Seguiré con mis workshops por allí. En 2012 tenemos 2 proyectos que en breve revelaremos aquí en este blog. Gracias a todos los alumnos que participaron de este encuentro. Estoy a su disposición. Y mi agradecimiento especial a Virginia Gimeno y Nano Cañas por el empeño en la organización del evento.
Un grande abrazo a todos.